Somos esas canciones que nos llevan lejos. Las que nos remontan a instantes casi irreconocibles. Las que nos hacen viajar en el tiempo. Esas que rescatan pedazos de lo que hemos sido.
Somos esas canciones que cantamos a todo pulmón. Esas que hablan de juventud y buenos momentos. Las que nos embriagan de solo escucharlas. Esas que recuerdan las vidas pasadas. Olor a tabaco. Esquinas transitadas.
Somos bailes hasta las tantas de la madrugada. Somos cerveza y vino. Somos risas y lágrimas. Somos aquello que vivimos. Somos trozos de tiempos pasados. Letras olvidadas. Somos recuerdos. Somos nostalgia.
Somos pedazos de infinito. Somos palabras que se llevó el viento. Somos poesía y calles perdidas. Somos música en cada esquina. Somos notas tenues. Somos estruendo. Somos aquello a lo que tememos.
Pero sobretodo, somos canciones. Canciones hechas vida. Canciones hechas magia. Somos canciones; recuerdos y olvido. Somos calma. Somos fuego. Somos palabras cantadas.
Somos canciones. Canciones que no mueren. Canciones que reviven. Canciones que queman. Canciones que matan. Somos las canciones que abrazan el alma…