Cuando me mudé de casa de mis padres, allá se quedaron muchísimas cosas con las que no pensaba cargar a mi nuevo hogar. De esas cosas que uno va guardando a través de los años, pero que realmente nunca volvemos a mirar. Hace unas semanas mi mamá me pidió que pasara a buscar una caja con mis cosas para que botara lo que no quería y así lo hice. ¡Pero qué sorpresa me llevé!

Entre fotos, tarjetas de cumpleaños de parte de mis abuelos, recuerdos de viajes con la familia, canciones favoritas, cartas de mis amigos y amigas de la escuela, pasatiempos…se puede decir que mi infancia y adolescencia están  resumidas ahí. Y ya que estos tesoros lograron sobrevivir todos estos años, se me ocurrió una idea, ¡hacer mi propia cápsula de tiempo! Si me causó muchísima emoción reencontrarme con estas cosas ahora, ¡imagínate cuando se las muestre a mis futurísimos nietos!

Me entusiasmé tanto con la idea que me puse dramática. Literalmente compré un baúl de tesoros, y manos a la obra, a organizarlo todo. Así que si tienes planificado hacer algo similar, te comparto algunas sugerencias para que la tarea sea más sencilla y ocupes el menor espacio posible:

  • Guarda sólo aquellas cosas que te causaron alegría volver a ver.
  • Conserva objetos que representen tus gustos y tu personalidad del momento para que tus futuras generaciones tengan una idea de quién eras.
  • Organiza las fotos y tarjetas en orden cronológico. Incluso, puedes hacer un “scrapbook” con las fotos, taquillas de conciertos, etc.
  • ¡Disfruta el viaje!

photo (2)
photo 2 (1)
Dicen que recordar es vivir y nada más cierto que esto. Mirar hacia atrás y encontrarme con mis abuelos, con viejos amigos y mascotas que ya no están es reencontrarme a mí misma. Ver el camino que he recorrido para llegar a donde estoy hoy es una experiencia única.

¡Anímate y haz tu propia cápsula de tiempo! Luego me escribes y me dejas saber con qué sorpresa te encontraste.

Leave a Reply