Amanece y en unos minutos tengo en mis manos una taza de té caliente. Rutina mañanera en acción. Jugamos un poco. Reímos. Desayuno listo. El café tampoco puede faltar. Nuestras mañanas son “slow”, pero en ocasiones, no tanto. Nos roban minutos los “tapones”; las prisas; los “deadlines”. Sin embargo, la alegría de disfrutar nuestra compañía, es suficiente.
Si tienes los ojos abiertos, notarás miles de colores; texturas; olores. Combinaciones perfectas, ahogadas con el ruido de los autos. Con el caos de la gente. La mayoría anda en automático, y se pierden todo. Así pasan la vida. Siguiendo al pie de la letra, eso que se nos dictó un día. Ignorando lo realmente importante. Olvidando vivir la vida.
Si me preguntas, prefiero vivir en mi burbuja. Escuchar lo que dice mi corazón. Mirar el cielo rojo del atardecer. Si me dejas, prefiero bañarme en agua salada. Respirar brisa de la montaña más alta. Dejar que las estrellas pinten mi piel. Dormir con la tranquilidad del alma liviana.
Pero el mundo exige, y muchos quieren pasar juicios y facturas. Si te dejas llevar, terminas viviendo la vida que otros dictan. No puedo imaginar algo más triste, que despertar un día y haber vivido de sueños ajenos. Mi corazón sediento y cansado. Mirar alrededor, y no reconocerme.
Recuerda que la vida es esto. Es hoy. Es lo que tú quieres que sea. Es un privilegio amanecer cada mañana. Que el mundo no te robe tu oportunidad de ser feliz. De apreciar lo bonito. De vivir agradecido. De buscar tus motivos. De volverlo a intentar. Mañana no sabemos que pueda pasar. Pero hoy, ¡vive la vida!
🥂 Chin chin y ¡VIVA LA VIDA!