Ten cuidado con tus pensamientos. Aquello a lo que dedicas tu atención, crece. Crece tanto, y tan fuerte, que inevitablemente se convierte en tu realidad. Por eso debes ser siempre selectivo con aquello en lo que pones tu mirada.
Si te enfocas en lo que no te gusta, eso que no te gusta tomará el control. Si tus pensamientos son de derrota, indudablemente, estás derrotado. Mejor cambia el enfoque, y dale alas a aquello que quieres lograr.
Independientemente del momento que estés viviendo, por más duro o difícil que sea, mejorar tu vida siempre es una posibilidad. Está en tus manos lograrlo, y aunque se dice más fácil de lo que se hace, es una realidad que podemos alcanzar.
Piensa por un momento, ¿cómo te gustaría que fuera tu vida? A sabiendas que nadie te está mirando o juzgando, ¿qué cosas harías diferentes? Por más tonto que parezca, anótalo.
El primer paso para alcanzar nuestros sueños, es reconocerlos. Poner nuestra mirada fija en ellos. Saber que es posible alcanzarlos, si estamos dispuestos a ir tras ellos. Sin temor; sin vergüenza. Por más pequeños que parezcan. Por más grandes e increíbles que sean.
Tus pensamientos son solo tuyos. No pertenecen a alguien más. Asegúrate de que estos estén dirigidos a todo aquello que te mueve; que te hace el corazón saltar de alegría. No los desperdicies en aquello que te perjudica. No le des vida a lo que te estanca; a lo que te duele.
Tus pensamientos son poderosos. Asegúrate que sean tan mágicos y convincentes, que la vida se vea obligada a regalarte una hermosa realidad. La llave para lograrlo, está en tus manos. Ser quien diseña la vida de tus sueños, y la vive…¡ese es tu súper poder!