El espacio que habitamos influye grandemente en como nos sentimos. Un ambiente demasiado cargado, donde todo está fuera de lugar, probablemente nos provoque estrés. Ni hablar del tiempo que se pierde, cada vez que necesitas encontrar algo, en un espacio saturado. Una casa ordenada, solo con lo necesario, puede ayudarte a sentirte relajada y en control. 

Nuestro espacio debe ser un lugar sagrado, donde nos sentimos cómodos y felices. Nuestra casa habla de nosotros; de nuestra historia, nuestros gustos y estilo de vida. Idealmente, debe existir coherencia entre lo que somos, lo que proyectamos y nuestro “santuario”.  Si algo de lo que hay en tu casa te incomoda o no te hace sentir bien, sácalo de tu vista (y de tu vida) lo antes posible. 

Puede que tengas en tu casa cosas que te encantan, pero con el tiempo han pasado desapercibidas por la costumbre de verlas. Es hora de moverlas de lugar y ponerlas a brillar nuevamente. Encuentra recuerdos que te remonten a momentos importantes y que te dibujen una sonrisa siempre que te cruces con ellos. A mi me gusta tener en algunos espacios, por ejemplo, en mi habitación, una que otra foto de momentos felices. También decorar algunas áreas con objetos que compré en algún viaje, pues me regala instantes de felicidad con tan solo mirarlos.

En mi caso tengo un juego precioso de copas, que compramos en nuestra luna de miel en Italia.  Lo usamos en ocasiones especiales y me remonta inmediatamente a esos días en un lugar tan mágico como Venecia. Tambien tengo colgado en la sala un cuadro pintado a mano por un artista cubano, que compramos en nuestro viaje a Cuba. Ese fue un viaje muy especial, donde conocimos gente increíble. Verlo me trae grandes recuerdos, caminando las históricas  calles de la Vieja Habana. Además tengo unos cuadritos pintados a mano en momentos bonitos. Uno de ellos lo pinté con mi hijastra cuando era pequeña. El otro junto a mi mamá, mis hermanas y abuela en el cumpleaños de mami. Verlos me hace feliz y me conecta al instante con gente que amo. 

Otra cosa que puedes hacer es escoger un aroma placentero para ti, y hacer que sea “trademark” en tu casa. Algo que me encanta y quiero incorporar en mi casa, son plantas de interior que le den vida y un aire “fresh” a la sala o habitaciones. La idea es encontrar elementos que te hagan sentir a gusto y en armonía con tu espacio. 

En estos días, en los que es impensable viajar, tener una casa que me brinde paz y recuerdos hermosos es algo que me hace sentir agradecida. Aunque mi casa no es perfecta, y usualmente tiene juguetes de mil colores regados por todo el piso (cortesía de mi toddler), valoro, aprecio y disfruto mi pequeño espacio en el mundo. 

Mi hogar cuenta la historia de mi familia, y en el vamos sembrando sueños que día a día vemos crecer.  Amo este lugar, y lo cuido de manera tal, que la mayoría de mis momentos en el, estén llenos de armonía y se respire buena vibra. Sacar tiempo para que la energía en mi hogar fluya, y sea un lugar donde cada miembro de mi familia se sienta cómodo y feliz, es importante para mi. Tener un lugar a donde llegar y sentir que perteneces, es uno de los mejores regalos que me ha dado la vida. Mi casa, aunque en ocasiones (como hoy) es un hermoso caos, me invita a la calma…

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