En este loco mundo, mucho se espera de nosotros. En ocasiones parece como si todos esperaran que sigas cierta receta, solo para encajar. Como si la vida fuera “one size fits all”. Casi como si te dijeran: “Sigue estos pasos, todo estará bien”. ¡Que gran mentira! Y lo triste es que muchas personas van por ahí, sin pensarlo mucho. Haciendo simplemente “lo que tienen que hacer”.
¿Acaso estamos obligados a ser de cierta manera? ¿A tener ciertos gustos; ciertos pasatiempos; opiniones…y ¡hasta cierto tono de voz! Todo esto, ¡solo para agradar a otros! Lo sorprendente es que algunas personas parecen querer que los encasillen, y peor aún, que le pongan “sombreros” que no les corresponden. Como si por aparentar ser de “equis o ye” manera, automáticamente te convirtiera en alguien mejor.
Y me pregunto, ¿Dónde queda la esencia? Eso que nos hace únicos y diferentes al resto. ¿Realmente es tan importante encajar, solo por encajar? ¿A que precio? En todo caso, ¿quién pone las reglas? ¿Quién decide que si soy o hago “esto”, soy mejor que aquel que hace “aquello”. Finalmente, ¿quienes somos en realidad, cuando nos dejamos llevar así, por la corriente?
Tan bonito que es ser uno mismo. Tan divino que es sentirse libre, sin la necesidad de agradar a todos. Hasta “caer mal” se siente bien, cuando caemos mal por ser quienes somos. Cuando nos gustamos así. Cuando siendo nosotros, somos honestos y no buscamos dañar a nadie, “caer bien” y “encajar” nunca es la meta. ¿Cómo es posible que exista gente dispuesta a renunciar a sus gustos, sus sueños y hasta su esencia, por expectativas ajenas? ¿Será que no son capaces de entender la gravedad de esto? Si es así, por favor, ¡detente!
Aprendamos a amarnos cada día un poco más. A respetarnos y darnos todo el valor del mundo. Esta vida es una, y es cierto que se va volando. ¿Por qué vivirla complaciendo a otros? O peor aún…a lo que creemos que quieren otros. Somos dueños de nuestras circunstancias, nuestras decisiones y también de sus consecuencias. Hablemos duro, si hace falta. Hablemos siempre de frente y sin temor. ¡Asegúrate de ser tú, quien pone las reglas en tu vida! Vive; sueña; ama; habla; equivócate; se imperfecta…pero se tú. Siempre tú.
¡Brilla! Siempre es mejor un original, que un “copy/paste”. Ahhh…y si a alguien le molesta, pues…que se moleste. Que ni siquiera el sushi les gusta a todos, ¡con lo rico que es!