Que bonita la gente que se cuida. Esa que saca tiempo para darse gustos. Gente que sabe decir “NO”, y también decir “SI”, cuando así lo quieren. Con prioridades bien definidas. Gente que camina con propósito. Que bonita la gente de pisada firme.
Que bonita la gente que no teme mostrar sus cicatrices. Esa que los años le llegan cada vez con más gracia. Que carga sabiduría en sus palabras y juventud en su espíritu . Que bonita la gente que no se esconde. Que bonita la gente que muestra su alma.
Que bonita la gente que se respeta. Que su bienestar no es negociable. Que dice lo que siente. Que logra lo que se propone. Que se aleja cuando es necesario. Que se queda donde quiere. Que nada la obliga, y nada la encarcela. Que bonita la gente fiel a sus ideas.
Que bonita la gente que sabe ser feliz. Que encuentra la belleza en lo simple. La gente que canta. La gente que mira las nubes. Que bonita la gente real. Que bonita la gente sin filtros. Que bonita la gente que vibra alto. Que bonita la gente de pensamientos libres y palabras necesarias.
Esa gente, ¡que bonita! Su sonrisa es aquella de quien ha entendido de que va la vida. Que bonita se ve brillando. Así, sabiendo que nadie les debe nada, y que nada deben. Que bonita la gente que duerme y sueña, en almohadas de conciencia tranquila. Que bonita. ¡Que bonita la gente!