Talvez no todo sucede por una razón. Estoy segura que cosas suceden aleatoriamente todo el tiempo, sin planes o propósitos. Pero a todo podemos decidir encontrarle razón de ser. Es nuestro deber leer entre líneas; buscar las señales y descubrir lo que el Universo puede enseñarnos. Observar lo negativo sin reproches y dejarlo fluir.
Cuántas veces hemos pensado que es imposible continuar. Cuántas cosas nos han marcado de manera tan brutal, tan fuerte, que pensamos que sería imposible levantarnos. El tiempo pasó…y en algún momento, quizás cuando menos lo esperabas, volviste a sonreír…a vivir.
Haz el ejercicio. Piensa en un evento que en cierto momento marcó tu vida. ¿Recuerdas cómo en ese momento pensabas que nada bueno podía salir de ahí? Es cierto que hay sucesos que por más enseñanzas que traigan, desearíamos no haberlos vivido. Pero no es menos cierto que hasta en las situaciones menos agradables podemos engrandecernos. Tenemos una capacidad increíble de levantarnos; de reinventarnos y de adaptarnos a lo que el destino nos entrega.
Si aguantas un poco más, si enfrentas al mundo con valentía, si te propones que nunca nada ni nadie borrará tu sonrisa, te aseguro que más pronto de lo que crees la sonrisa te saldrá natural. Pues la vida tiene mucho que ofrecer a todo aquel que esté dispuesto a recibir, sin límites. El Universo es una fuente inagotable para todos los que reciben con gratitud. Te pregunto, ¿qué deseas tú recibir de la vida? ¿Estás creando el ambiente propicio para recibir todo lo que deseas? ¿Estás realmente lista para que grandes cosas sucedan? Es por ahí por dónde debes comenzar a buscar…