Brindemos por ti y por mi. Por todos los que disfrutamos ser quienes somos. Que nos aceptamos y amamos, con virtudes y defectos. Que no nos escondemos detrás de máscaras. Por no tener miedo de decir lo que pensamos. Por saber poner un “STOP” cuando algo no parece correcto, o no nos tratan como merecemos.
Brindemos, por las veces que no permitimos que juicios ajenos nos condenen. Cuando no dejamos que nos pongan sombreros que no nos pertenecen. Por no tener que dar explicaciones y si las damos, es por que queremos. Por las veces que nos hemos ido, con la frente en alto.
Brindemos, porque sabemos lo que valemos y NO tenemos precio. Porque la hostilidad de otros, no va a poner grietas en nuestros corazones. Porque somos fuertes y las personas “pequeñas” no pueden lastimarnos. Porque a quien regalamos nuestra amistad, debería sentirse afortunado.
Brindemos, por la libertad de no llevar sobre nuestros hombros, cargas ajenas. Porque los complejos de otros, no son asunto nuestro. Que la vida es demasiado hermosa, como para andarnos complicando. Donde la vibra no es buena, mejor pasar rápido.
Simplemente, brindemos por la belleza de nuestras vidas. Esa que se manifiesta en todo su esplendor, cada día. La que no importa lo gris que parezca el paisaje, o las intenciones oscuras de la gente, nunca deja de brillar. Brilla con una luz tan fuerte, que muchos no logran mantener sus ojos abiertos. Por esa razón, no te pueden ver 😉 y cuando te juzgan, solo están viendo el reflejo de su alma. Hoy, por nosotros, brindemos.