Escoge siempre lo bonito. Lo dulce. Lo que no amargue el alma. Rodearte de gente que note tu brillo. Que no traten de opacar tu luz. Escoge a aquellos que te dan la mano con amor, cuando las palabras faltan. Que te nutren. Que te alzan.
Dicen que hay personas tan pobres, que lo único que tienen es dinero. He visto gente tan triste, que lo único que poseen es un título o profesión. Pero cuando un corazón no es capaz de amar y reconocer lo bueno, esas son cosas que no valen. Lo efímero jamás dará grandeza, a quien el alma no le da para más.
Yo elijo crecer con lo bonito. Con lo bueno. Con lo que me hace sonreír al despertar cada mañana. Con lo que me hace bailar mientras preparo la cena. Con aquello que me mira a los ojos y me dice la verdad. Con eso que hace que mis noches estén llenas de paz.
Yo elijo escuchar las aves cuando me cantan. Acariciar al perro del vecino. Mojarme en agua salada. Leer páginas de libros que hacen vibrar mi alma. Escuchar canciones en francés, que me hacen soñar. Escojo la vida dulce. Lo bonito. Abrazar mucho y besar.
Hoy es bonito. Mañana también lo será. Aunque vengan días grises, ten la seguridad de que para quien vive desde el amor, el sol siempre saldrá. Y cuando no sea bonito, solo respira. Mira alrededor. Admira la grandeza de lo que realmente importa. Todo pasará. Siempre pasa. La verdadera riqueza, es la del corazón. Siempre lo será.