Cuando se tiene la dicha de vivir en una isla tropical, prácticamente todo el año es verano. Es riquísimo ir a la playa a tomar el sol cualquier mes. Por lo tanto es importante que cuidemos nuestra piel todo el año si no queremos sufrir las consecuencias de vivir en el paraíso.

Todas sabemos que exponerse demasiado al sol puede causar daños en la piel, como arrugas, decoloración, lesiones pre-cancerosas y lo que es peor, cáncer. Por otro lado, el sol nos proporciona grandes beneficios como la vitamina D, que según los expertos estimula nuestro sistema inmunológico. Se dice que aproximadamente 10 minutos de exposición al sol, tres veces a la semana son suficientes para producir la vitamina D que nuestro cuerpo necesita. También dicen que la exposición al sol disminuye la presión sanguínea, fortalece nuestros huesos ¡y hasta sirve como antidepresivo! Eso ni dudarlo, ¿a quién no le sube el ánimo unos rayitos de sol? ¡A mí sí!


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En otras palabras, el sol no es nuestro enemigo. Si lo disfrutamos responsablemente nos trae grandes beneficios. Todo es cuestión de tener ciertas precauciones cada vez que nos exponemos a nuestro amigo el sol; sin importar la época del año. ¿Sugerencias?

  1. Utiliza gafas y sombreros siempre que puedas. Además de verte súper chic, estarás protegiendo la sensible piel de tu rostro y tus ojos.
  2. Evita el sol directo entre el medio día y las cuatro de la tarde; ya que es cuando más fuerte ataca.
  3. Utiliza bloqueador solar que sea SPF 30 o más, según tu tipo de piel. Reaplícalo cuando sea necesario. No olvidemos que hasta los días nublados es importante proteger nuestra piel, ya que las nubes no filtran los rayos ultravioletas.

Es cierto que una piel “besada por el sol” puede lucir hermosa. Pero ¿cuántas veces se nos va la mano y terminamos literalmente quemadas? Es entonces cuando nuestra piel lucirá maltratada y nada atractiva por varias semanas. Lo peor es que a largo plazo las consecuencias son irreversibles. Y aunque talvez en alguna etapa de mi vida disfruté viéndome como un camarón (ok lo acepto, me encantaba que se notara que fui a la playa), la verdad es que si pudiera darle hacia atrás al tiempo no lo haría. Te aconsejo que nunca esperes a que la piel se enrojezca para interrumpir la toma de sol.

Dicho esto, a seguir disfrutando nuestro eterno verano; siempre tomando en cuenta que nuestra piel estará con nosotras el resto de nuestras vidas.

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