Muchas veces las cosas no salen como esperamos. Esta Navidad, además  de ser la primera sin mi papá, a quien extrañamos demasiado, en casa la pasamos enfermos. No pudimos salir a celebrar en familia, vestirnos lindos y posar juntos con caras radiantes, frente al arbolito abriendo regalos. Pero, ¿saben una cosa? Me siento feliz. 

Es en momentos como este que te das cuenta que la felicidad se encuentra dentro de ti. La vamos construyendo día a día con los que amamos. Las situaciones vienen y van. Los planes cambian. Pero ser feliz siempre es posible. 

Aun así tenemos muchas fotos de nuestra Navidad. No de esas que nos encanta subir a facebook o Instagram. Pero si de esas reales. De las que muestran caras cansadas después de una larga noche sin poder dormir. Las que muestran que aunque no te sientas bien, ni siquiera para ponerte la pajama bonita de Navidad, pudiste jugar todo el día con tu hijo y ser feliz. Y al final es esto lo que tiene valor. Los momentos en que a pesar de las circunstancias, nos damos cuenta de lo afortunados que somos. Que tenemos todo lo que necesitamos para ser felices. Que un par de días “malos” no son nada en comparación con todo lo lindo que tienes en tu vida. 

Aceptar que hay cosas que están fuera de nuestro control, es el primer paso para poder enfrentarnos mejor a las circunstancias que se nos presentan. En mi caso, mi papá no volverá. Solo nos quedan los recuerdos lindos de toda una vida. Eso no puedo cambiarlo. Pero puedo escoger recordarlo con la alegría que el merece. Tampoco puedo controlar que mi familia y yo estemos enfermos un par de días, y que estos coincidan con las fiestas. Lo que puedo controlar es la actitud con la que enfrentamos los días que no son tan buenos. No siempre es fácil. Y eso está bien. Pero podemos escoger secar las lágrimas y disfrutar de lo bueno que tenemos. La realidad, es que siempre hay mucho más que agradecer. 

Deseo que este año sea uno en el que todos logremos conectar mejor con los seres que amamos. En el que la prioridad no sea la perfección ni las apariencias. Un año en el que seamos capaces de ver los pequeños milagros, sin que la prisa se los robe. Que sea el año en que aprendamos a perdonar un poco más. A aceptar un poco mejor. Que podamos encontrar sabiduría para lidiar con las cosas que no salen como esperamos. Que podamos re programar nuestra mente y nuestro corazón  y desintoxicarnos de todo lo que nos hace mal. Deseo días llenos de alegría y noches llenas de paz. Deseo que podamos llenar nuestra memoria de gratos momentos, para cuando todo lo que nos quede sea recordar.

Entendamos que lo que importa de verdad, son cosas tan simples que a veces se nos escapan, y que no las dejemos escapar jamás. ¡Que encontremos magia en nuestro andar cada día! Que este año sea uno de evolución constante. Y así, que cada año sea siempre mejor. ✨

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