Lo confieso, nunca he sido fanática de ir al gimnasio. Hacer repeticiones en máquinas de pesas me parece un buen método de tortura, ¡y no exagero! Talvez el problema es que no he encontrado el lugar adecuado para mí o simplemente no es lo mío. Claro, tampoco soy tonta y se lo importante que es el ejercicio para nuestro cuerpo. Muchas veces me obligué a matricularme en algún gym, pero al final solo perdí mi dinero porque apenas duraba un mes. Así que me di a la tarea de explorar otras maneras de mantenerme en forma, pero sobre todo saludable.
Si te pasa lo mismo que a mí o simplemente por tu horario de trabajo/familia/vida se te dificulta asistir al gym, ¡tenemos alternativas! Saca 30 minutos, 5 días a la semana para realizar actividad física. De hecho, pequeños cambios como subir escaleras en lugar de tomar el elevador, o estacionarte lejos de la entrada del mall se van sumado a tu favor.
Matricúlate en alguna clase de yoga o tenis, ponte a bailar al ritmo de “Just Dance” (que, por cierto, es divertidísimo). Incluso, algunos municipios ofrecen clases gratuitas con entrenadores para sus residentes. El punto es que te obsequies una buena dosis de endorfinas y elimines el sedentarismo que tanto daño nos hace… ¡hay tantas opciones!
Usualmente, yo lo que hago es salir a caminar al parque. Descubrí que después de una caminata rodeada de gente activa y árboles, me siento revitalizada. Y para completar mi “hora feliz” prosigo a comprar un exquisito coco frio, que además de ser delicioso, me hidrata y tiene grandes beneficios para la salud.
Amiga, no hay excusas. Olvídate de la novela o déjala grabando y a mover el esqueleto que solo tenemos un cuerpo y es nuestro deber cuidarlo.